Después de terminar un par de encargos pictóricos y mil gestiones, ya puedo concentrarme en mis pinceles.
No me considero un pintor lento, pero tampoco corro. Mis obras maduran, se piensan.
Cada mínima variación, cada color, mancha, hilo suelto... surge de la reflexión. La casualidad no existe en mi obra.
Y fruto de esa reflexión, presento nueva obra.
Mareas ancestrales #4 disponible en la galeria.
Poco más puedo decir, dejo que sea vuestra mente la que la haga suya.
Descubriendo un nuevo código, entre manchas y retales…